Bueno, pues va la segunda y última parte de esta historia diamors: el primer encuentro de bulto, o sea, en persona, en vivo y a todo color.

Luego del chistosísimo contacto inicial del primer tipo, planeamos dedicar la siguiente mañana a visitar el centro de la ciudad con sus muchos atractivos turísticos. Y ahí vamos rumbo al metro, pero ¡OH destino cruel! Bastaron algunos añejos (años digo, no copas) y mucha emoción, para que de plano me volviera más despistada que Jerry Lewis. Tuvimos que bajar más de una vez: "Ups, nos subimos en la dirección contraria", "¡changos, dejé el bóiler encendido", "¡Ya nos subimos alrevés otra vez, sorryyyy!". Para estas alturas ¡¡¡ MI NIÑO EMPEZÓ A GUIARME A MÍII por los laberintos subterráneos del servicio público de transporte!!! ¡Qué vergüenza me cae! Y lo más chistoso es que muy "magnánimo" me dice, ya cuando estábamos en la ruta correcta:

- Yo creí que era despistado, pero después de esto veo que aún me queda mucho por aprender-.

En otra circunstancia, el comentario no se me habría hecho gracioso en absoluto, pero en esta ocasión me reí mucho y no me quedó más que aceptar que de plano perdí la brújula muy cañón. Ya con algo de miedo, Jordi se dejaba conducir a nuestro destino jajaja, pero conforme avanzábamos, el alemán se alejaba y yo iba reconociendo los espacios y los sitios.

Salimos del metro para contemplar el Palacio de Bellas Artes en todo su esplendor. Cómo me gusta presumir las cosas bellas que tiene mi país, de verdad. Jordi le sacó como chorroscientas fotos. De ahí nos dirigimos a desayunar riquísimo en el Sanborn´s de los Azulejos. Hace más de diez años que no entraba a ese edificio y debo decir que está más hermoso de lo que recordaba. Un sitio digno de halagos del más alto nivel. Al trasponer el umbral te sientes transportado a principios del siglo pasado y se respira ese ambiente de historia y vivencias que daban color a la época porfiriana y anexas.

Desayunamos delicioso y mi niño comió chile como si fuera nativo. Vaya, hasta en la bebida había chile piquín; un juguito de mango delicioso.

Del Sanborn´s marchamos a la Catedral Metropolitana, donde mi monstruo catalán comegalletas, siguió ejerciendo su "japonesidad" sacando fotos al por mayor. Enseguida, el Templo Mayor y su museo. No puedo terminar de decirles lo maravilloso de ese lugar y lo bien estructurado que está el museo de sitio. No deben perdérselo la próxima vez que vayan al DF. Ahí compramos algunos regalitos para nuestros familiares y luego ¡¡¡a correr!! Porque perdimos la noción del tiempo y ya nos esperaban para comer mis hermanos y cuñados.

Lo malo del asunto, aunque no estuviera fuera de lo normal, es que nos agarrara una de las miles de manifestaciones y plantones contra la reforma energética. Así que, para cuando llegamos a comer, mi hermana y mi cuñado ya habían regresado a trabajar, ¡¡¡*^¨*Ç%·//&!!! (Traducción al francés: ¡¡¡¡¡MERDEEEEEE!!!!!). Comimos de carrerita y luego a casa de mis amigos para echarnos una siestecita y luego a arreglarnos para la cena.

La reunión estuvo padrísima. Nos pusieron un privado y estuvimos a nuestras anchas. Comimos cosas cuyos nombres desconocíamos, pero que disfrutamos mucho y no paramos de reírnos en toda la noche, recordando anécdotas, comentando las nuevas e inventando otras jajaja. Jordi fue muy bien recibido por mis amigos, cosa que de verdad me emocionó muchísimo. Primera prueba superada.

A la mañana siguiente fuimos a ver a mis sobrinitas y a mi cuñada. Mi nena "A" empezó media desconfiada con su nuevo tío, pero al cabo de un rato, hasta su inseparable perrito de peluche le prestó ¿No es un amor? Más tarde a abordar el avión. Tranquilitos en el taxi entre beso y beso jejeje.

El vuelo estuvo medio raro por la turbulencia, pero llegamos muy bien. Mis papás ya nos esperaban en su casa para comer y fue el primer encuentro entre Jordi y mis jefes. Mi papá todavía me tiene DE A SEIS por lo bien que trató a su ni niño. Con lo exigente y celoso que suele ser, se portó como un amigo con él y hasta se pusieron una mini jarra con puro tequilawer ¡¡Genial!!

Mis tíos y algunas de mis primas quedaron encantados también. En casa de mis tíos me encontré con la que, ahora, es nuestra "hija": Sasha. Una gatita mezcla de siamés con quién sabe qué, la cual vagaba por la calle y yo me apropié. Desde que la ví, Jordi supo que el destino de Sasha estaba sellado y era imposible cambiarlo :P. Así que con "gran sacrificio" de su parte, tomamos a la gatita y la llevamos a casa, principalmente a que lo consintiera y apapachara a él. Yo, feliz de despertar con mi catalán y sus detalles, como llevarme el desayuno a la cama y despertarme con un besito.

Visitas al Cañón del Sumidero (sin albur), Chiapa de Corzo, San Cristóbal y su mercado de artesanías, el Zoológico "Miguel Álvarez del Toro", uno de los miradores de la ciudad, al cine, etc. Con mis papás estuvimos varias veces y siempre como en familia, de verdad que me siento feliz por eso.

Dos veces fuimos al cine y una de ellas fue la ocasión de mi delito, sí, me colé a otra peli jalando a mi oso de peluche para que delinquiéramos juntos. La verdad no me arrepiento, porque si hubiera pagado por ver ese bodrio de película, hubiera echado madres de lo mala que está. "El fin de los tiempos" de M. Night Shyamalan, no puede ostentar mejor título, sin contar que éste mismo está super piñata. Aunque ni estando al borde del juicio final vería de nuevo una película tan mala. No gasten su lana, no vale la pena, a menos que se cuelen como nosotros jajajaja.

Llega la tarde previa a la partida de mi nene. Vemos "El orfanato" en mi jaula (bien románticos nosotros), luego de comprarla en MIX UP ante la risa de mi pirata catalán, que se baja todo de internet de gorra. Al final de la película y luego de algunos besitos, me sorprende con una pregunta...nop, no una pregunta, LA PREGUNTA:

- Mi niña, he estado pensando y no quiero irme sin pedirte algo: ¿Quieres casarte conmigo?-

Huelga decir que me tomó totalmente por sorpresa y, lo más cajeto del asunto es que, lo que juré no hacer nunca en mi pajuelera vida y cual telenovela de Televisa, empecé a llorar de la emoción y le dije ¡¡¡QUE SÍIII!!! Él también soltó algunas de San Peter y se puso el momento de lo más emotivo caramba.

Así que, mis amigos, ahora sí me les caso. Todavía no hemos puesto fecha, porque hay que ahorrar para poder hacer todo como planeamos. ESTOY FELIZ Y MUY ENAMORADA. Esta visita ha sido la confirmación de lo que ambos venimos sintiendo por el otro en estos 7 meses.

En octubre próximo, si todo va bien y logro ahorrar suficiente, iré a verlo a Barcelona para celebrar juntos su cumpleaños. Es posible que para entonces podamos hablar más en concreto de una fecha.

Así es la historia de la vaquera enamorada. Hasta aquí la bitácora de la Capitana Lilith del Enterprise, en esta primera reunión interplanetaria.

Besos a todos.