15 de enero.-Vuelo a Barcelona. Una niña lloró casi ocho de las nueve horas que duró el viaje. Tuvimos "viento a favor", por lo que el vuelo duró una hora menos de lo habitual. Por alguna razón que desconozco, en un momento dado el piloto decidió hacer una maniobra en picada que duró cerca de cinco segundos (les juro que es una eternidad). Una vez más pensé que acabaría mis días en caída libre y aplastada en algún lugar de la tierra, cortesía de "mami Natura" y su fuerza de gravedad. Afortunadamente no pasó a mayores, se llenaron los baños del avión y a un chico se le bajó la presión (sí, no fue una señora o una chava, fue a un hombre; era de esperarse), pero fuera de eso, todo bien. Huelga decir que casi todos nos aguantamos las ganas de besar el suelo al bajar.
Con las maletas no hubo problema, ni siquiera con todos los chunches que compré en las tiendas Duty Free :P

Llegada a Barcelona: 6 AM hora local del 16 de enero del 2009. Afortunadamente Jordi, mi suegro y la tía Encarna llegaron temprano al aeropuerto previendo atascos viales. De lo contrario, hubiera tenido que esperar cerca de una hora, pues cuando los de la aerolínea ya no nos dejaron llamar a nadie por los celulares cuando nos avisaron que llegaríamos antes a nuestro destino .

Por la tarde-noche, llegamos a Las Ramblas, donde el infeliz del tipo de la foto (el del sombrero plateado) me pegó el susto del año cuando me agarró la pierna por debajo de la mesa jajajaja, lástima que no salió en la foto.

Luego de eso y descansar por el camino porque los pies me dolían muchísimoooo, quedamos con Pacman y su esposa Mary (pequeñita y super simpática) para ir de compras, a ver si conseguía los zapatos para la boda.

Fuimos a un centro comercial, uno de los dos únicos abiertos en domingo (sí es raro, parece que ahí sí descansan los domingos). Tampoco los encontré, pero Mary se dedicó a vigilar y, en su caso, a impedir que yo comprara el libro "La sombra del viento", mismo que estuve a punto de comprar en el aeropuerto del DF, pero desistí porque ya no quedaba espacio en mi maleta de mano para guardarlo.

Ya había leído"El juego del Ángel" y me encantó (dos libros más que les recomiendo ampliamente. Éstos de Carlos Ruiz Zafón), pero preferí comprarlo de regreso. Así pues, ni intentos hice esa noche por conseguirlo, yo iba por mis zapatos pero no los encontré. Lo siguiente en mi lista de prioridades era el descanso, así que no hubo peligro. Antes de dormir, oí a mi oshu pedirme que fuera al comedor de su casa y ¡¡sorpresaa!! el primer regalito de cumpleaños: "La sombra del viento", el libro que casi me compro en el aeropuerto del DF y que por poco le provoca un infarto a Jordi cuando se lo conté, jajaja. Luego de eso A DORMIR.

4to. Día, lunes 19 de enero.-Levantada relativamente temprano.

MI CUMPLEAÑOS.

El primer regalito del día: un enorme y hermoso ramo de rosas rojas con una tarjetita de mi amosho. Lo más lindo es que mi suegro fue por ellas mientras nosotros nos alistábamos para el desyuno en casa de la tía. Luego, la idea era ir a Montserrat, un monte hermoso que tiene la particularidad de alojar una abadía.

La cuestión es que apenas uno o dos días antes las nevadas que nos hicieron super la actividad en la nieve, causaron algunos deslaves en Montserrat y de las tres opciones para llegar (carretera, un tren serrano que llaman "cremallera" y el teleférico) sólo el último servía para llegar. Para nuestra mala suerte, al llegar vimos que estaba cerrado por mantenimiento hasta el 20 de enero, así que regresamos a Barcelona y llegamos directo a comer en un restaurante del barrio de San Andrés.

Luego de eso tomamos una siesta y después salimos otra vez de compras. Jordi tenía planeada una cena romántica en un restaurante a un costado de Santa María del Mar para celebrar mi cumpleaños ¿no es un sueño de chico? La cena fue en un restaurante pequeño, íntimo y muy agradable con un nombre en catalán que no repetiré por imposibilidad lingüística, ustedes disculpen. El servicio fue genial y la comida....¿qué puedo decirles de la comida? DE-LI-CIO-SA.

Una velada inolvidable que cerramos caminando por las calles del barrio gótico de Barcelona, casi a media noche, bajo una lluvia delgada que me afectó un poco la garganta. Pero yo feliz y super enamorada.