Mi caos ordenado

Mi caos ordenado

DIARIO EN BARCELONA Segunda parte

Sigamos pues...



Dicen por algunos que "no hay quinto malo" y nunca estuvo mejor dicho:

5to. día, martes 20 de enero.- Nos levantamos a las 8, nos bañamos y arreglamos. A eso de las 9:30 salimos rumbo a otra de mis sorpresitas: Una sesión de masaje con chocolate ¡¡SÍIIIII!! El paraíso para esta su servidora. Llegamos un poco temprano, así que aprovechamos para algo muy catalán: bocadillo de Fuet. En Barcelona hacen algo muy curioso que a mí me encantó y pienso traerme a casa: cortan el pan a la mitad (lo que aquí sería un bolillo o una chapata) y lo untan con jitomate para humedecerlo y ablandarlo un poquito, luego le ponen al bocadillo lo que quieran. En este caso el fuet es un embutido parecido al salami. MMMMMM riquísimo con un cafecito con leche. Terminamos y llegamos al local para el masaje. Comenzamos con una sesión juntos de masaje con agua en un jacuzzi, nos dieron una copa de Cava (un vino espumoso parecido a la champaña) y nos pusieron unos videos con música relajante. Luego ¡¡¡chocolateeeeeeeeeeee!!! Ese sí por separado, cada quién con su "terapeuta".


No tengo que decirles que estuvo delicioso. Te embadurnan de una especie de aceite caliente con chocolate y te dan un masaje en toooodo el cuerpo...Sí ya sé lo que están pensando ¬¬ FUE UN MASAJE SIN FINAL FELIZ, al menos no el que estaban pensando ¬¬ Pero fue un bálsamo para mí luego de varios días de caminatas constantes.


Saliendo de ahí, estábamos tan relajados y lacios que emprendimos la caminata hacia el metro para llegar a la iglesia de la Sagrada Familia. Salimos de los andenes y casi se me cae la baba al toparme con semejante edificio monumental. Pero ya teníamos hambre de nuevo y eran cerca de la 1:30 así que, para variar un poco el menú, entramos a un kentucky a comer :P claro, está enfrente de la iglesia, así que no tuvimos que desplazarnos mucho. Ahí, aproveché para llamar a mi familia y mi mamá no dejó pasar la oportunidad para preguntar "¿Ya hay anillo?"


Yo.- Si siempre ha habido, sólo que al que te refieres aún no me lo han puesto en el dedo JAJAJA (guarra yo). Para ésto, Jordi no paraba de recibir mensajitos en el celular, que ya luego de un rato me parecieron algo persistentes. Al preguntarle me dijo que era publicidad "pero qué latosos son en este país con la publicidad" pensaba yo "ni siquiera puedes comer en paz" ¬¬


Terminamos la comida y a sacar fotos como japonesa...La fachada antigua, la nueva, de ladito, del otro, desde arriba, desde abajo...Bueno, creo que nadie pudo haberle sacado mejor partido a la cámarita de fotos y video minichuquirris que nos regaló mi sauegro que es un amooooor :P


Debo decir que Jordi y yo concordamos que el arquitecto encargado de las obras actuales en el tempo rompe completamente con el estilo de Gaudí y su trabajo más parece un añadido que una continuación de una obra que se sustenta de donativos del pueblo para terminarse (me cuenta Jordi que unos japoneses aflojaban el dinero necesario para terminarla ya, imagino que a cambio de figurar, pero les dijeron que NEL y por eso siguen en obras). Por dentro es muchísimo más pequeña de lo que imaginaba, pero la obra de Gaudí demuestra su genialidad y el profundo respeto que tenía por la naturaleza, de la cual tomaba figuras y temas, pues decía que es perfecta. La obra de Gaudí carece de líneas rectas, pues decía que en la naturaleza no existen, es por ello que vemos espirales, curvas suaves y ornamentos tan raros en las columnas y fachadas como serpientes, cocodrilos y tortugas, además de árboles, flores y follaje. Una verdadera maravilla. La iglesia es más alta que amplia, por lo que pagas una pequeña fortuna para que puedas subir en el elevador hasta arriba y de ahí, puedas recorrer una de las torres por dentro, bajando por una estrechísima, muy oscura y empinada escalera de caracol con escalones de piedra algo resbaladizos. La vista de Barcelona desde arriba es para quitar el aliento, pero cuando llegas abajo las rodillas y las piernas te tiemblan por el esfuerzo que haces en la bajada para no dar el changazo y bajar botando.


De la sagrada familia regresamos a casa para descansar un poquito y alistarnos pues, Jordi había preparado una sorpresa más: Un concierto en el Palau de la Música Catalana, otro edifico de belleza sin igual que yo quería visitar, aunque fuera en un día normal sólo para verlo. Pero este niño tan tierno compró boletos para un concierto de Haëndel. Llegó la noche y lo noté especialmente nervioso e irritable, yo ya estaba arreglada algo formal, pero él no encontraba ropa adecuada. Ya nos habían dicho que actualmente la vestimenta no es un factor para que te impidan la entrada claro, sin pasarse, tampoco es el plan de ir a un concierto de música clásica usando pants, o como dicen allá "un chandal".


El caso es que andaba de muy mal humor y algo refunfuñón, por lo que dejé que solito buscara sus cosas y me dediqué a terminar con lo mío. Ya arreglados, tomamos un taxi y nos enfilamos al Palau, yo llevaba unos zapatos de tacón con los que tampoco era plan recorrer la ruta atlética de Barcelona, así que mejor tomamos un taxi. Llegamos justo a tiempo, gracias a la pericia del chofer y entramos. Señoras y señores, otra vez sin palabras, me quedé boquiabierta ante la mezcla genial de mosaicos, esculturas de yeso, murales, vitrales e incrustaciones de metal en algunas de las figuras, impresionante aunque por supuesto, no pude tomar fotos porque no está permitido :( Se las debo.


Nos sentamos en unos asientos muy bien ubicados y, luego de pararnos muchas veces para dejar pasar a la gente impuntual (grrr, los hay en todas partes), comenzó el concierto de coros y orquesta. Justo delante de nosotros estaba una pareja ya bastante mayorcita. Ella muy bien portadita, pero el señor preguntaba en qué parte del concierto íbamos. Ella le soltó un par de manotazos en el brazo para callarlo. Me imaginé a Jordi y a mí en unos 35 ó 40 años y me ataqué de la risa.


A la mitad del segundo movimiento, en un aleluya, Jordi puso una caja en mis piernas. Yo puse cara de "¿cómo se atreve a interrumpirme ahora en pleno concierto? La señora de adelante nos va a madrear si se da cuenta". Puse cara de "dobabes" y abrí la caja... ¡¡¡ÁHÍ ESTABAAAA!!! Ell anillo más hermoso que he visto en mi vida, descansando en el interior de la cajita y regalándome su enorme brillo. Debo confesar que me tarde algunos segundos en asimilar lo que estaba viendo, pero lo logré. En ese momento, Jordi hizo LA PREGUNTA. Quise gritar, pero ahí que se me viene encima la señora y el resto del público encima por escandalosa. Tuve que aguantarme ¡¡¡INJUSTICIA DE LA VIDDAAAAAA!!!, pero con una sonrisa enorme casi más grande que el lugar, abracé a mi mosho y le dije que CLARO QUE SÍIIIIII ACEPTABA SER SU ESPOSA :D Nos dimos un beso y al terminar el concierto salimos del Palau y caminamos un poco por los alrededores. Eran casi las 11 de la noche y como mi anillo me quedó algo grande, aprovechamos para llamar a Anna y Micky para ver si lo podían ajustar en el par de días que nos quedaban en Barcelona.


Ahí en su casa me contaron que los mensajes que recibía Jordi no eran de publicidad, sino de ellos. Que el montaje de las piedras era complicado, así que habían tenido que mandarlo a Cuenca uno o dos días antes de ese para que las pusieran. Que apenas habían recibido el anillo ese día mientras nosotros recibíamos el masaje y que el papá de Jordi se encargó de recibirlo de Micky y llevarlo a casa para entregárselo al superhipernervioso de mi nene mientras hacía que buscaba la ropa adecuada para la noche y era un manojo de nervios :P


Me tomó nuevas medidas para los ajustes y con todo el dolor de mi alma tuve que dejarlo ahí para que ella se encargara de arreglarlo BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAa.


Pronto, la tercera y última parte.

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