Hoy me encontré con un discreto recadito en mi correo electrónico "Te dejé un mensajito en mi blog".
No es extraño recibir noticias de los amigos y menos, cuando son amigos tan queridos como mi Doc. Pero lo enigmático de esa línea y lo curiosa que siempre he sido, me llevaron derecho a su espacio para leer una noticia que me movió el tapete. Mi amigocho, brotherdelalmamía, se despide del mundo bloggero por falta de material fresco, según dice él.

Por un lado, lo comprendo. A veces uno llega a pensar que abre estos espacios para compartir ideas, acontecimientos y pareceres con todos aquellos curiosos que pasan por nuestros blogs. Con el tiempo, la opinión pública toma un lugar y pensamos "¡Né! ¿Para qué escribo eso? ¿a quién le va a interesar si me gustan las mañanas lluviosas o los helados de vainilla?"

Es raro pero, cuando a alguien le gusta nuestro estilo o la manera como decimos las cosas, puede leernos la transcripción de la Enciclopedia Británica y todos contentos. Yo leía muy a gusto todo lo que mi Doc ponía en su espacio.

La bronca no es esa. La bronca es cuando uno ya no siente la necesidad de abrir su página y volcar las letras en ella. Cuando sientes que lo que traes en la cabeza y el corazón debe vivirse primero, experimentarse y gozarse, en vez de sentarse a contarlo antes de terminar el vital proceso. Cuando la letra está verde y no madura.

Yo lo comprendo porque hay etapas en la vida que no se viven si se cuentan a cada paso. Sobre todo si, a primer golpe de vista, lo que cuentas ahora es similar a lo anterior o de plano sólo interesa a los que dan ese paso y a aquéllos que lo rodean. Como esos chistes-anécdota de los que se ríen sólo los que estuvieron ahí.

Esta servidora está pasando por el mismo camino exactamente, por eso comprendo las razones de mi amigo para ausentarse. Sin embargo, me deja una especie de vacío la noticia. Como escribí en su espacio, en un lugar como este nos conocimos y fuimos alimentando la gran amistad que tenemos hoy, aún sin habernos visto nunca.

En este mismo espacio le abrió los brazos a mi futuro marido, como un hermano, cosa que le agradezco con todo mi corazón. Aquí me demostró su apoyo día con día, además de su cariño. En fin, que otras puertas y ventanas quedan abiertas (mail, teléfono, viajes) para seguir con el cariño. Lo echaré de menos en letras, pero sé que está en el lugar correcto y su corazón también.

TE QUIERO AMIGO Y AQUÍ SIGO, CUANDO ME NECESITES.