Mi caos ordenado

Mi caos ordenado

Díganos qué quieren...


"¿Qué quieren de nosotros?", le preguntó directamente el principal periódico de Ciudad Juárez a los narcotraficantes, en un editorial publicado en la primera plana de su edición dominical.

"Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio", afirma la columna de El Diario, firmada por La Redacción.

Me parece no solamente triste, sino alarmante que se tenga que llegar hasta el punto en que un diario pregunte qué debe o no publicar para preservar la vida de quienes ahí trabajan.

Para como están las cosas, no es de extrañar que reflejar la realidad del país sea, más que un ejercicio de libre expresión, un riesgo de perder la propia vida o la de un ser querido.

Bajo esta óptica resulta doblemente lacerante la cerrazón del gobierno federal y toda esa gavilla de cínicos, insensibles, ambiciosos, sordos e ineptos que son nuestros empleados, pero que se creen nuestros dueños y dueños del país.

La fiesta del 16 de septiembre en el Zócalo estuvo bonita y hasta emotiva en ocasiones (en otras incomprensible y hasta demasiado ostentosa...En fin, ese es otro tema), pero el pensar que con ese sentimiento patriotero desvían la atención del campo de batalla en el que se ha convertido el país, es de gente obtusa, por decir lo menos.

Los mexicanos estamos muriendo baleados, en medio del fuego cruzado de una lucha meramente territorial; de un pletio entre quienes intentan repartirse el país para su propio beneficio.


"La lucha vale la pena; esta lucha es por ti", se llena la boca diciendo el hombre que vive rodeado de grupos de élite que le cuidan la espalda las 24 horas del día, los siete días de la semana, igual que a su familia. Lo dice el hombre que tiene el poder y la oportunidad de tomar decisiones que no cuesten vidas inocentes.

"Ningún actor puede o podrá negociar con el crimen; con quienes matan y envenenan a los mexicanos", declaró el insulso ex subsecretario de Gobernación y ahora dizque flamante vocero del equipo de Seguridad Nacional, con respecto a la súplica del Diario de Juárez.

Y yo me pregunto lo mismo que esa plantilla de empleados que alguna vez gozaron su trabajo y no lo temieron o lo padecieron como ahora: "¿con qué calidad moral hacen tales declaraciones?, cuando evidentemente han sido incapaces de garantizar la seguridad de la población.

Transito entre el pesar, el dolor y la indignación por lo que pasa en mi país y al pensarlo, veo que no hay diferencia, todas esas sensaciones son lo mismo.

¡Bienvenidos al país en el que "no pasa nada"! pero donde el control demográfico está a cargo de dos pandillas de delincuentes: unos armados con pistolas y otros con palabras.

1 Señales de humo:

mundito dijo...

Triste la situación de nuestro país, lamentable nuestra posición en que nos deja a los periodistas.
SALUDOS